Érase una vez en el lejano oeste del desierto un rey en un río, de esos que se abrigaba para escuchar una sinfonía de Beethoven.
Un día lluvioso de verano quizo tomar el té, pero para su mala fortuna no encontró la cuchara del té.
Fue a buscar el servicio a un bosque encantado lleno de Umpalumpas que lo sguiaron por el camino de la mermelada, el río del pan y finalmente llegó a la tumba de la gran zanahoria y le pidió la cuchara sagrada del té, la gran zanahoria accedió, pero en cambio el rey del río debía bailar el Waka-Waka, acto seguido el rey los deslumbró con su movimiento y se fue al reino a tomar té.
Al tiempo después cayó enfermo por leer la biblia y murió de amor por tener los zapatos desatados.
FIN.